08 junio 2009

Cobresol Duro de Matar

EFECTIVIDAD MÁXIMA. Si bien las acciones habían empezado algo dubitativas (a excepción de un error de Prado que estuvo cerca de comprometer a su portero Castellanos), en la primera opción clara que se le presentó a Coopsol, la enfiló al fondo de las redes: Molina ingresó libre por su sector y sacó un remate cruzado que -en primera, instancia- no pudo atenazar el defensor Cárdenas ni mucho menos el joven golero moqueguano (ex Sporting Cristal), quien intentó contener el remate, pero se le escabulló por sobre el cuerpo. Con un mínimo esfuerzo, los locales mandaban desde temprano en el marcador.
PUNTO FLACO. Para Cobresol esto no era novedad. En su estreno ante Atlético Minero también recibió un tanto cuando sus líneas se encontraban en pleno ajuste. Es más, en aquella ocasión tuvo que prescindir de su central a minutos de iniciado la brega. Ahora la gráfica fue igual, con la salvedad de que esta vez no fue por lesión, sino por una irresponsable expulsión de Evert Lengua, quien por doble amarilla tuvo que abandonar el compromiso en el momento menos oportuno para los intereses de su equipo.
TÉCNICAS SUICIDAS. El primero en reacomodar su esquema táctico fue ‘Puchito’ Flores. Por necesidad tuvo que sacrificar al lateral Cabanillas para hacer ingresar a Freddy Suárez y modificar su línea defensiva: pasarían a jugar con tres al fondo, con el ex-Melgar como stopper. En la complementaria, ‘Petróleo’ García no se quedó atrás y envió a la cancha a Yraola. Para sorpresa de muchos, no retiró del terreno de juego a alguno de sus atacantes; por el contrario, el elegido fue el defensor Vera. La idea era una sola: jugar con tres atacantes y hacer crecer en intensidad al compromiso.
PROHIBIDO PESTAÑEAR. Fue una constante en los tramos finales de ambos periodos. Coopsol encimó en más de una oportunidad la valla de Castellanos. Los abanderados en estas arremetidas fueron siempre el ‘Leche’ García y Nils Ruiz. Sin embargo, tuvieron la mala fortuna de que Molina -a excepción del gol- y Chichizola estuvieron en otra órbita. La visita también tuvo sus oportunidades de cambiar la historia, pero la mala pata de Prado, Vildoso, Ponte y, sobre todo, la gran actuación del golero Reynoso, impidieron que puedan gestar una mejor performance.
TOMA MIENTRAS. Fue el mejor del gramado y tuvo su premió en el instante preciso, en ese momento en donde más le duele al rival. Apenas se iniciaba la etapa complementaria y, de pronto, el estadio Rómulo Shaw Cisneros se convirtió en un sepulcro. Héctor Rojas había sacado un potente zurdazo que se clavó en el ángulo posterior de un sorprendido Reynoso, que al igual que Zambrano, García y los propios relatores radiales no podían creer lo que estaba ocurriendo en el gramado chancayano. La paridad quedaba establecida.
COSA DE LOCOS. El desenlace del compromiso fue fatal. Al árbitro Israel Blanco se le descontroló el manejo de las acciones. Perdonó más de la cuenta y cuando las revoluciones estaban a mil por hora en ambos frentes, empezó a echar a diestra y siniestra: en Coopsol se fueron Almanza y Camarino, mientras que por el lado de Cobresol se ganaron las expulsiones Manchego y el atacante Rojas. En todos los casos fueron por entradas arteras contra sus adversarios.

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